Cap #79

(Narras tu)


Desperté en una habitación de hospital, miré a mi alrededor y allí estaban Andy, Alexa y James.
Andy se acercó apresurado a mi camilla con los ojos hinchados demostrando que había llorado.
Andy: Amor... ¿Qué tal estás? ¿Cómo te encuentras?
Yo: Pecesito, ¿Qué me pasa? -Lo miré asustada.
Andy: nada, amor, nada -Me dio un breve beso en la boca.
James: Vamos, Andy díselo... merece saberlo... -Dijo mirando a Andy con cara de frustración.
Yo: ¿Qué es lo que merezco saber, Andy? ¿Qué ocurre?
Andy: No puedo... yo... -Cerró los ojos haciendo que dos lágrimas cayeran a sus mejillas.
Yo: Andy... -Le acaricié el pelo.
Oí en el otro extremo de la habitación otro llanto, uno más agudo, más tenue, el de Alexa, la cual lloraba intentando que no nos percatásemos de ello.
Yo: Por favor... necesito saber qué me ocurre.
Vi como James se acercaba a mi lado y me acariciaba la frente mientras me miraba a los ojos, suspiró y dijo lentamente:
James: _______... tu estás bien, el problema es... -posó su mano en mi vientre con suavidad, haciéndome recordar el espantoso dolor que había sentido la última vez que estuve en casa- Tu bebé... _______ tu bebé... -Vi como apretaba la mandíbula en un intento desesperado de no echar a llorar, pero los ojos le brillaron, debido a las lágrimas que empezaban aflorar en ellos.
Yo: ¿Qué le pasa a mi bebé, James? -Sentí también ganas de llorar cuando apreté la mano de James con la mía y él me miró con una gran expresión de dolor.
James: Ha muerto... tu bebé ha muerto... -No pudo decir más, se dio la vuelta, tapándose la cara con las manos para que no lo viera llorar, veía como sollozaba de espaldas a mi y entonces analicé lo que me había dicho.
Mi bebé... estaba muerto...
Solté un grito de histeria ¡mi bebé estaba muerto! No podía ser... no podía ser cierto... vi como Andy se giraba bruscamente y se acercaba a mi para calmarme, sin embargo, James, salió corriendo fuera de la habitación sollozante y Alexa se sentó en el suelo, en un rincón con la cabeza sobre las rodillas alzadas.
Andy me acarició el pelo para tranquilizarme mientras me susurraba:
Andy: Shh... tranquila, se que esto es muy duro... demasiado... -Más lágrimas cayeron por sus ojos- Pero... debemos ser fuertes y afrontarlo...
Yo: ¡No, Andy no! ¡no puede ser! -Ignoré sus palabras mientras casi me ahogaba en mi mar de lágrimas -Mi bebé... ¡mi bebé! -Repetía.


(Narro yo)


Dos enfermeras entraron rápidamente en la habitación y de administraron a _______ una dosis adecuada de calmante... poco a poco su voz se fue apagando hasta que solo quedó en un pequeño susurro.
Andy se sentó derrumbado en un mullido sofá colocado al lado de la camilla de _______, la cual ahora respiraba entrecortadamente y con dificultad, se colocó las manos sobre la cabeza, justo encima de su nuca y empezó a llorar, a llorar como un desconsolado, lloraba por que había perdido a su hijo, a la criatura que _____ había llevado dentro hasta ahora, su bebé... suyo...
También lloraba por la situación por la que estaba pasando _______, la mujer que más le importaba en el mundo, a la que más amaba de la faz de la tierra, por la que daría la vida misma... y ahora estaba sufriendo, y eso le dolía más que cualquier cosa... quería saber si habría alguna forma de arrebatarle aquel sufrimiento del cuerpo a _______, para que él pudiera cargar con él y con el suyo mismo... pero sintiéndolo mucho, eso no era posible, amaba tanto a aquella mujer... aquella que ahora se encontraba dormida sobre la camilla del mejor hospital de la ciudad, la cual dormía con una expresión de tranquilidad... daría mi vida porque ella estuviera así de tranquila y serena siempre... feliz y risueña... lo daría todo porque así fuera, pensó él. Pero no era así, por desgracia... no sabría cuanto tiempo estarían en aquel lúgubre hospital que ahora se echaba sobre él junto con sus problemas y tristezas, pero estaba convencido de que no se movería de allí, de su lado hasta que ella pudiera volver a casa.
Entonces oyó la voz de la muchacha, de su amada, sonaba suave y baja:
______: No me dejes... no me dejes jamás, Andrew... te amo...
Pero al mirarla descubrió que hablaba en sueños, sonrió levemente mientras otra lágrima de dolor cruzaba su mejilla hasta caer al suelo.